Guía NBA 2014-15: NORTHWEST DIVISION

Aristóteles formuló que el término medio es una virtud. Pero en la NBA, el término medio es una travesía por el desierto con pocos oasis, pero pocas dunas también. Desde la marcha de Carmelo Anthony, los Denver Nuggets protagonizaron un proyecto atípico: el valor de lo colectivo. Un juego vistoso, con capacidad de sumar buenos resultados y alcanzar la postemporada, pero carentes de un líder para los momentos candentes. Una franquicia condenada a entretener, pero no a ganar campeonatos. Y el año pasado ni siquiera rozaron los Playoffs. Claro que, disfrutaban de un plantel bastante decente como para perseguir promesas de futuro en el draft. Tierra de nadie.

No parece que las cosas vayan a ser distintas en Colorado este curso. Las apariencias lo tendrán difícil para engañar. Los Nuggets mantienen su columna vertebral, un compendio de jugadores repletos de talento que ansían la llegada de una figura que, además de baloncesto, también paralice o enfoque demasiado los visores del rival. Denver lo tiene todo para estar en la élite y disputar cotas altas. Un base top-10 en la liga con aún margen de mejora como Ty Lawson, referencia principal de la franquicia; anotadores consolidados como Arron Afflalo (que vuelve tras un breve periplo por los derrotados Orlando Magic) y Danilo Gallinari; fortaleza interior con los músculos y explosividad de Kenneth ‘The Manimal’ Faried, así como centímetros con Timofey Mozgov y JaVale McGee. Faltan retoques, quizás, sobre todo en el fondo de armario, aunque contar con Wilson Chandler en el banco (desde el que partirá presumiblemente) es un lujo a cuidar... y gestionar.

Brian Shaw debutó el pasado año en el banquillo de los Nuggets y el equipo quedó fuera de los Playoffs diez años más tarde desde su última ausencia (la temporada previa a la llegada a Carmelo Anthony). Sustituyó a George Karl, santo y seña del proyecto que quedó huérfano con el adiós del hoy jugador de los Knicks. Sin embargo, este mal resultado tuvo gran parte de culpa en la grave lesión de Danilo Gallinari, que se perdió toda la temporada por culpa de romperse los ligamentos de su rodilla izquierda. El italiano vuelve para esta temporada, aparentemente recuperado del todo y sin demasiados miedos, lo más importante de una recuperación.

El estilo no varió demasiado. Con Lawson en la dirección, correr era un recurso habitual para los Denver Nuggets, que además contaban con dos ágiles púgiles por dentro como Faried y McGee, encantados con las transiciones. Se les unía el escurridizo Nate Robinson y el oportuno Randy Foye. A esta temporada se les une un muy buen anotador que regresa, como Arron Afflalo, que habrá aprovechado su excedencia en Orlando para tomar aprendizaje de referencia ofensiva. Con él y Gallinari, Denver en ataque tiene numerosas opciones, ya que Chandler es un jugador de garantías y que suele hacer un buen papel desde su sacrificado baloncesto. También otros fajadores como Darrell Arthur o el propio Faried darán ese toque de pundonor.

Otra especialidad de los Nuggets es el lanzamiento exterior, donde la llegada de Afflalo les vuelve a sumar. Shaw, en sus tiempos de jugador, era un especialista, y no quiere descuidar este apartado. Foye y Gallinari son otros excelentes lanzadores, así como Alonzo Gee, aunque éste en menor medida. Lawson, además, es un triplista decente. Correr, contraataque y perímetro serán los puntales a exprimir en el Pepsi Center. Y a limar el déficit de una defensa interior algo blanda con Mozgov y un imponente aunque despistado McGee. La llegada del rookieJusuf Nurkic puede ser un alivio muy agradecido.

Ultimando palabras, los Denver Nuggets tienen plantel sobrado para volver a Playoffs en un oeste salvaje donde la subasta de plaza es bien cara y requisito de muchas victorias. Más allá de ahí, los Nuggets podrán agarrarse a aquello de que pueden ganarle sin tapujos a cualquiera, pero un campeonato es mucho más que la suma de todo eso. Igual, la tierra de nadie, aun albergue numerosos triunfos parciales, empieza a coger el nombre de los de la desértica Colorado: tierra de Denver Nuggets.

Roster 2014-15

Head Coach: Brian Shaw

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Comienza una nueva era en Minnesota Timberwolves. A new hope, aunque en Minneapolis están bastante hastiados ya de ello. Es el cuento de nunca acabar, de años a la deriva y de proyectos prometedores que acaban merodeando el boulevard de los sueños rotos por una pésima gestión. La última vez que los Timberwolves pisaron los Playoffs fue en 2004, cuando cayeron en la que es, hasta ahora, su huella dactilar en el cielo más alta, las Finales de conferencia contra aquellos Lakers de Shaq, Kobe, Payton y Malone. Desde entonces la caída libre ya mencionada. Nunca supieron recuperarse al adiós de Kevin Garnett, y cuando han tenido mimbres, una dirección deportiva muy lejana a la élite se ha encargado de frustrar el Target Center una vez tras otra. Pero lo importante es que comienza una nueva era en Minnesota.

El verano se llevó por delante a Kevin Love, que nunca pareció sentirse del todo a gusto o valorado en los Timberwolves. Le faltó paciencia, pero también cariño. Franquicia y él nunca se entendieron y el resultado es que emigró con LeBron James a Cleveland en busca del anillo. Punto final y punto de partida, pues mientras Love viajaba a Ohio, en la fría Minneapolis esperaban con un cartelito en el aeropuerto a Andrew Wiggins y Anthony Bennett (bueno, a su mejor versión, claro). Y a partir de aquí, construir. Muchos cambios en el periodo estival.

Rick Adelman no pudo completar su misiva en la franquicia y decidió retirarse, lo que, tras intentos fallidos de traer a un entrenador, derivó en el asiento en el banquillo de Flip Saunders, uno de esos retales de aquellos mágicos Wolves de 2004. Saunders vuelve para quizás culminar lo que un día no pudo, y será el encargado de volver a hacer un proyecto ganador como ya hiciera. Mimbres tiene muchos, y futuro por delante también. La cuestión es si la inteligencia y el saber estar/llevar suficiente como para lograr desembarcar en buen puerto. La impaciencia o ansiedad puede ser el que les usurpe el trono que tanto quieren.

El jugador sobre el que edificar será Andrew Wiggins, del que muchos piensan que Cleveland ha cometido un error tremebundo al deshacerse de él, algo así como Kobe y los Hornets en 1996. Palabras mayores. Pero las esperanzas están puestas todas en él y será fundamental que se tenga tranquilidad con un jugador que puede llegar a ser… o puede que no. Wiggins está acostumbrado a ser el líder, tiene múltiples recursos ofensivos como el lanzamiento, su agresividad a canasta y su atlético físico. Buen molde a moldear, por jugar con las palabras. Tras él, un abanico de buenos jugadores que deberán aprovechar el tiempo que tiene para crecer el canadiense para hacerse más grandes ellos. Uno de los mejores pívots de la NBA, Nikola Pekovic, del que hay sobradas garantías. Un frustrado número 1 del draft que parece encontrarse consigo mismo en estos meses previos al curso como Anthony Bennett. Si vuelve a coger el buen sendero, Minnesota tiene una pieza preciosa y un regalo firmado por los Cavaliers. El enérgico y versátil Thaddeus Young, que ha llegado a esta temporada desde los Sixers prácticamente regalado también. Aportará lo que pocos equipos tienen: un ‘3’ alto que hará las veces de ‘4’ en muchas ocasiones. Complementos defensivos necesarios como Corey Brewer y Ronny Turiaf, consolidados de sobra; y jugadores contrastados y con demasiados arañazos ya en la NBA como para que les ahogue la situación, caso de Mo Williams, José Juan Barea, y un anotador compulsivo, Kevin Martin. A éste último, deberán encontrar su rol, aparentemente de sexto hombre.

Y por detrás, promesas a explotar como Shabazz Muhammad (si no explota antes su cabeza), Gorgui Dieng, Robbie Hummel, y dos rookies de los que sentirse esperanzados, Zach LaVine y Glenn RobinsonIII. Al menos, el primero, ofrecerá baloncesto como espectáculo. Y a todo esto nos olvidamos de un nombre fundamental. Aunque el olvido, por supuesto, ha sido a propósito.

Ricky Rubio es la gran incógnita de las incógnitas que ya de por sí conforman esta franquicia y proyecto. El español tiene mucho cartel y fama detrás, pero más allá de grandes highlights y notables números en algunos apartados, no ha sido el salvador que se preveía. O al menos, ese líder que la franquicia estimó que sería. Si Rubio tiene material para ser el jugador franquicia tendrá que demostrarlo sobre el parquet, pero para eso tendrá que resolver sus asuntos con unos porcentajes escalofriantes en el lanzamiento, y una mayor capacidad anotadora – que llegará con lo primero –, porque la estrella de un equipo no puede promediar 9 puntos por choque. Y además de todo eso, mayor temple en los momentos calientes, porque es hora de que asuma las responsabilidades que desea recibir contractualmente. Para percibir el máximo hay que ser la referencia, y en Minnesota Timberwolves parecen, de momento, no pecar en demasía con estas exigencias que hipotequen su futuro. Ya de por sí 12 millones al año parece generosamente pagado. Hay que cuidar a un jugador como él, pero tampoco perder el norte.

Con todo esto, Minnesota se conforma como un equipo que abanderará el término de incertidumbre. Los Playoffs esta temporada parecen volver a alejarse, pero fijarse y gestionar de una vez un proyecto con sus metas y objetivos a cumplir puede ser el principio de una bonita historia en los Timberwolves. La que se merece el largo y frío invierno de Minneapolis.

Roster 2014-15

Head Coach: Flip Saunders

El reloj de arena expira sus últimos granos. Detenidos los ve pasar Oklahoma City Thunder, cuyo joven proyecto, de sobras madurado a estas alturas, no consigue culminar tal misión que les lleve a veranear por las nubes.  De hecho, el verano ha sido más bien inexistente en la franquicia, sin demasiados movimientos y con la sensación de que se ha empeorado un proyecto que no ha vuelto a llegar a las Finales desde que lo hiciera en 2012. Ningún movimiento de relevancia para un equipo que parece estancado en la élite. Noble entre la gran nobleza pero sin títulos nobiliarios suficientes para aspirar a rey. O al menos, eso parece.

Mientras estas líneas son tintadas en la pantalla, el peor de los augurios ha aterrizado en el vestuario de los Thunder. Kevin Durant lesionado para dos meses, lo que desmantela un equipo construido para él y que sólo podrá soñar mientras él vele y proteja a la franquicia en el mundo de lo onírico. Eso, y esperar a que Westbrook– ansiado de liderazgo y con una oportunidad de oro – les mantenga a flote mientras la referencia permanece lejos del parquet. De hecho, de estos dos nombres depende que los Thunder alcancen su coronación en la línea de meta o no. Sólo una temporada superlativa de este dúo puede acabar en tal aspiración.

Scott Brooks, que no termina de hacer campeón al equipo, tendrá que hacer crecer una plantilla con demasiadas medianías y engranarla hasta el punto de hacerla temible. El asalto al anillo parece complicado más allá de la tercera vía, Serge Ibaka. El hispano-congoleño tendrá que dar un paso al frente esta temporada, aunque no será novedad para él, pues cada año lo acaba haciendo. Tras él, un plantel que despierta demasiadas dudas y adormece las esperanzas. Letargo duro como el invierno. Se han marchado piezas decentes como Thabo Sefolosha, cuya habilidad defensiva echarán en falta; Derek Fisher, cuya veteranía es un valor lujurioso en Playoffs; Caron Butler, cuyo talento es incuestionable pese a sus problemas físicos; o Reggie Williams, microondas que puede resolver un partido. Y a cambio no ha llegado nada. O casi nada, mejor dicho.

Si el refuerzo más goloso es Sebastian Telfair, proveniente de China tras múltiples idas y venidas por la NBA, el problema es serio. Telfair no dará un gran salto de calidad, pero sustentará al equipo en caso de que Westbrook vuelva a sufrir lesiones. La otra llegada importante es la de Anthony Morrow, un tirador fiable que puede ser titular por falta de competencia. A partir de ahí, mucho debutante que necesita tiempo para crecer y de los que será una sorpresa que algunos de ellos se conviertan en piezas indispensables por sí solas para un equipo campeón. Y el resto, los cumplidores de siempre: Nick Collison, Reggie Jackson y un cada vez menos cumplidor, todo sea dicho, Kendrick Perkins. Demasiadas carencias.

A Oklahoma City Thunder el reloj de arena con el vacío en su parte superior ya les manda un aviso serio. Tienen dos años para ganar el anillo, el tiempo que tardarán Russell Westbrook y Kevin Durant en ser agentes libres. Mantenerse en la corte o vivir en el solar donde habitaron tiempos mejores. Un delirio de pocos matices. A decir verdad, ésta es la temporada en que parece menos factible besar el cielo. También dijeron lo mismo de Dallas Mavericks en 2011.

Roster 2014-15

Head Coach: Scott Brooks

El Moda Center acogerá a uno de los equipos de moda, los Portland Trail Blazers. La franquicia de Oregon sorprendió a propios y extraños con una temporada descomunal que les situó en segunda ronda de Playoffs, donde cayeron exhaustos ante unos, a la postre, campeones San Antonio Spurs. Tal fue la hazaña que los Blazers coquetearon con el primer puesto de la Conferencia Oeste largos meses de la Regular Season, hasta que el físico comenzó a delirar e hizo que las piernas perdieran esa frescura relampagueante.

Estos Trail Blazers cuentan con una temporada de experiencia en la élite, probablemente el mejor fichaje y aval de cara al curso 2014-2015. La columna vertebral no ha cambiado, y salvo contadas excepciones, es difícil de mejorar.Lillard es uno de los bases más decisivos del campeonato, con defectos a pulir, como su dirección de juego. Nicolas Batum uno de los aleros más completos de la liga, capaz de hacer de todo y bien. El francés aúna, además, un carisma de líder y una templanza en los momentos donde más hay en juego que va en aumento. LaMarcus Aldridge es ya un all-star con un gran poder ofensivo y que ha sabido limar sus carencias defensivas, hasta el punto de promediar ya más de once rebotes por noche. Un trío de élite para un equipo de élite. El resto del quinteto lo forman dos complementos excelentes para una franquicia con altas miras. Wesley Matthews, buen anotador que además es capaz de secar a sus peligrosos pares en defensa, y Robin Lopez, que por fin explotó para convertirse en un pívot sólido. Esta temporada ha de confirmarse que no es fruto de una inercia positiva.

No sólo de lo vivido el año pasado quieren crecer estos Blazers. En los despachos han trabajado este verano para confeccionar un plantel que pueda ayudar a dar un paso adelante, o al menos no retroceder. Se marchó Mo Williams pero le sustituirá Steve Blake, de dirección sólida y un buen recurso como el tiro exterior. Para ayudar en labores interiores, Chris Kaman, que aunque entre alfileres, se incorpora para ofrecer dureza y puntos desde el banquillo. Retoques desapercibidos que desde el anonimato pretenden construir un guerrero que pelee por acercarse lo más posible al trono, sin tenerlo aún entre ceja y ceja.

Un buen compendio de jugadores jóvenes cierran un roster interesante, algunos con más porvenir e importancia en la rotación que otros, como Thomas Robinson, CJ McCollum o Meyers Leonard.  Entre ellos un Víctor Claver que parece tener sus años contados en la NBA. Concretamente, éste. Que estos aprendices y opositores a buenos jugadores de rotación progresen con el equipo será una ayuda importante para los de Oregon.

La temporada en Portland se presenta interesante para unos aficionados castigados por la mala suerte. Proyectos que, por una cosa u otra, por circunstancias con las que nadie contaba, quedaron sumergidos en el río Willamette. Nadie espera que los Trail Blazers sean un contender definitivo al título, a priori. Sí uno de los futuros más próximos que tener ya en el presente. El Moda Center acoge uno de los equipos de moda. Oregon no quiere que ésta pase.

Roster 2014-15

Head Coach: Terry Stotts

Un clásico venido a menos. Así podría titularse el rótulo que enmarcara la previa de Utah Jazz de cara a la temporada 2014-2015. En plena reconstrucción, los de Salt Lake City, salvo unas Finales de Conferencia en 2007, no han vuelto a ser un contender serio al anillo como en la era de Stockton y Malone. El proyecto con Deron Williams derivó en un enfrentamiento que se llevó por delante a todo un icono, Jerry Sloan. Éste es el antecedente que nos trae hasta hoy, el de un equipo que ha juntado piezas más que potables e interesantes para que un día ese jugoso futuro se convierta en un gozado presente. Un proyecto cogido por alfileres de riesgo.

Los Jazz han optado por reconstruirse a la vieja usanza, nada de talonario con el que traer resultados ya. El público del EnergySolutions Arena – antaño Delta Center – es soberano y posee la experiencia suficiente otorgada por años de buen baloncesto. La hoja de ruta no tiene complejidad en la teoría: jóvenes jugadores con mucho margen de progresión que maduren juntos y formen un verdadero equipo que milite en las altas esferas de la liga. Pero la práctica – malditas y benditas polaridades de la vida – sí guarda más complejo en sus entresijos. En Utah Jazz no parece haber ningún jugador con ese aura de líder, referente y núcleo de la franquicia ganadora a construir. Picks altos en el draft, pero no líderes de su generación. He ahí la gran pata coja de la mesa.

Gordon Hayward, por contrato y, a priori, temporada pasada, debe ser el que asuma más galones en el vestuario y la cancha. Una suculenta renovación que cuenta con defensores y detractores, pero que carga de responsabilidad al alero de Brownsburg. Tras él una armada formada por Trey Burke, sophomore a consolidarse en la dirección y como escudero; Enes Kanter, rocoso center que empieza a ser una amenaza sólida bajo los tableros; Alec Burks, anotador fácil, de físico privilegiado y defensa notable; y Derrick Favors, que tras ser rebotado un par de veces en la NBA parece haber encontrado en el regocijo de los Jazz el cobijo donde explotar su talento. Pero ninguno parece tener la madera de jugador franquicia/superestrella antojada como necesaria.

La columna vertebral antes mencionada puede disfrutar de adiciones si materiales como Dante Exum– al que voces autorizadas pronostican una honrosa carrera – o el francés Rudy Gobert no se quedan por el camino. El resto del plantel, otros jóvenes que deben aprovechar estos años “negros” para formar parte de la luz que se le presupone a Salt Lake City en unas temporadas. Una plantilla llena de anónimos – basta un par de años o tres sabáticos para no conocer el 70% del roster– que quieren hacerse un nombre.  La llegada de veteranos como Danthay Jones y Steve Novak les hará ser mentores en tan jovial plantilla. Ellos pondrán el punto de experiencia para que la temporada, a buen seguro larga y con numerosas derrotas, no se haga desesperante.

A los mandos de la nave estará Quin Snyder, debutante como entrenador jefe. Muchos estrenos y vasijas por pulir para convertirse, mañana – o quizás pasado – en una cubertería de gala. Año en blanco en el que preparar las páginas del porvenir. Aunque sin la póliza de seguros no cubre la falta de un líder.

Roster 2014-15

Head Coach: Quin Snyder